viernes, 25 de enero de 2013

TEXTO DE APLICACIÓN


Texto  °

¿Sacarlos del salón? No. No es mi forma de resolver los conflictos. Admito que en muchas ocasiones se puede confundir con falta de autoridad, pero yo me pregunto ¿es que estamos en una aula de Primaria para tomar medidas tan efectistas? Muy por el contrario, yo considero que los mismos adolescentes notarán que su conducta es su propia arma de juego.
¿Inmaduros e irracionales? Tal vez haya algo de inmadurez, pero irracionales jamás. Una persona de más de catorce años  ya sabe claramente que todas las acciones que realiza tienen una causa y por lo tanto una consecuencia ¿O considera usted que ellos atentarían contra su propia integridad de manera consciente?
Lo único que ellos deben saber es que el mundo no es como su hogar (para bien o para mal), y que pese a ello hay personas que los estiman y desean ayudarlos de manera desinteresada. Insisto, no es debilidad de carácter, es la esperanza de que ellos mismos, damas y varones, reconozcan que su conducta es la que trazará desde este momento su destino, que las cosas nunca permanecerán eternamente como hasta ahora, donde están protegidos por su ímpetu juvenil, sus poderosos amigos y su invencible arrogancia omnipotente.
¿Mano dura? No creo que se haga necesario ahora, pues es más que seguro que la dureza del propio destino, labrado hoy con esas manos que destrozan las carpetas y las paredes, les dará en sus rostros lozanos, y entonces ya no estaremos cerca de ellos para decirles “por favor, jóvenes, mantengan la compostura”. Prefiero no echarlos del aula, porque en un futuro, no muy lejano, el destino se encargará de echarlos incluso de su propio camino. Y la fuerza de sus juveniles voces se ahogará en un suspiro resignado.

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