Los jóvenes de hoy no parecen tener respeto alguno por el pasado ni esperanza ninguna para lo porvenir.
La juventud, aun cuando nadie la combata, halla en sí misma su propio enemigo.
La gente joven está convencida de que posee la verdad. Cuando logran imponerla ya ni son jóvenes ni es verdad.
La juventud sabe lo que no quiere antes de saber lo que quiere.
La juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu.
Lo que en la juventud se aprende, toda la vida dura.
La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla.
Juventud, ¿sabes que la tuya no es la primera generación que anhela una vida plena de belleza y libertad?
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